La historia detrás de ‘De mi tierra’: cuando la artesanía nace del alma

Hay sueños que no se planean… se sienten.

De mi tierra nació así: como un latido, como un anhelo profundo de transformar emociones en formas, recuerdos en colores, vivencias en piezas que puedan ser llevadas cerca del corazón.

Cada creación es un pedazo de historia.

Un fragmento de infancia, una tarde de viento, una palabra que dijo la abuela, un paisaje que se quedó grabado para siempre. No hay diseño que nazca sin significado; todos llevan un susurro del alma, un instante que pidió hacerse materia.

Pero lo más hermoso sucede cuando las piezas dejan nuestras manos y encuentran un nuevo hogar. Cuando alguien nos dice que un color le recordó a su madre. Que una forma le habló de su pueblo. Que un detalle le despertó un recuerdo que creía olvidado.

Es en esos momentos cuando entendemos que De mi tierra no solo crea accesorios… crea encuentros: entre personas, entre emociones, entre tiempos distintos.

Porque la artesanía no es solo trabajo.

Es memoria compartida.

Es identidad que se abraza.

Es una emoción que decide tomar forma para acompañar a alguien más.

Cada collar es un puente.

Un puente que une a quien lo creó con quien lo lleva, y a ambos con una tierra que se guarda en el alma, aunque los pies estén lejos.

Eso es De mi tierra: un recordatorio de que nuestras raíces no se pierden, solo buscan nuevas formas de florecer en nosotros.